Usuarios, Clientes o Ciudadanos?

Días pasados participé con alguno de Uds. en una discusión acerca de “como nos tratan” las empresas prestadoras de servicios.
Escuché y vertí opinion sobre el particular.

Algunos talibanes del reclamo, otros mas mansos, pero siempre todos con algo para aportar.

Estuve reflexionando sobre el particular, y sin dejar de pensar que nuestra crisis como país tiene una profunda raigambre en nuestra falta de educación, me pregunto si esto no es también un subproducto de esa falla de origen.

Si bien podremos acordar que casi nada funciona como está previsto en estas latitudes, y que las vanas promesas de los prestadores son sistemáticamente violentadas, donde la garantía de calidad es “HLP”, o sea, “hasta la puerta”, un país que ha hecho de la publicidad con asterisco un forma creativa de estafa, llevandola al extremo que escuchar una publicidad de dentífrico por radio concluya con un discursete pasado a 45 RPM, habiendo sido grabado a 33 RPM -discruso que básicamente desmiente todos los supuestos beneficios previamente publicitados- sea uno de nuestros últimos descubrimientos en materia de viveza criolla.

La sensación en el chiquero es la que debe sentir un preso nuevo en las duchas, donde las ofertas de levantar el jabón sobreabundan los primeros dias.

Pero ¿cuántas veces uno está dispuesto a levantar el jabón? Una, dos a lo sumo. Después debe capitalizar la experiencia, o hacerse cargo de que el asunto lo entusiasma.

Con todo este prolegómeno voy al punto: Nos gusta que nos mientan.

No se entiende de otra forma que sigamos comprando speedys, arnetes, telecentros, préstamos sin requisitos, personales, movistares y ahora claros, que tienen asteriscos hasta en las tarjetas de recarga y decir “estos nos siguen cagando”.

Nos cagan porque nos dejamos cagar. Porque nos gusta creer en la fantasía del servicio bueno, bonito y barato.

Basta ver algun ejemplo. Mac Donald tiene -a mi juicio- un standard de calidad razonable para lo que ofrece: Comida chatarra. Los pibes son entrenados, hacen el esfuerzo y te dan lo que ofrecen: Calidad, Buen Servicio y Precio Justo. Quien no ha presenciado una madre/padre torpe, que lo primero que hace es tirar a la mierda la Cajita Feliz, dos Coca sin hielo y la bandeja a la mierda, como primer acción luego de pagar. Y ahí ves a los “Mac” accionar. Limpian todo, te reponen el pedido, te limpian la pilcha, y TE PIDEN DISCULPAS. Uno, que ha transitado esas lides, lo unico que pide es que se lo trague la tierra, pero ellos tratan de darte una mano en el mal momento, y lo solucionan.

La contrapartida lamentable es ver a ese mismo padre/madre, al día siguiente, armar un escándalo de magnitud porque pidió Mac Nuggets y le dieron Hamburguesa Grill – y no es que no se la cambien – sino que el padre/madre “quiere hacer valer sus derechos porque si no te pasan por arriba estos pendejos” y acá, en el chiquero donde todos somos portadores de derechos y las obligaciones se las endosamos a la Cretina, los derechos los hacemos valer a los gritos.

Ejemplo contrario, mismo madre/padre en Suipacha y Viamonte, sede de Rentas del GCBA: El tipo se manduca doblada y sin decir esta boca es mía, una amansadora de 3,50 horas, para que le reimpriman una boleta de ABL, observando la superpoblacion de empleados públicos que hacen sebo descaradamente. De ahí, se va al Banco mas cercano y le hace un escándalo de magintud a la cajera porque esperó 5 minutos mas – y que vaya a saber por que – su reloj bológico interpeta que 5 minutos son “hace dos horas que espero”.

¿Será que nos quejamos donde nos atienden, donde nos dan cabida? ¿Y que donde ya sabemos de antemano que no nos dan ni cinco de pelota -pues en Suipacha y Viamonte podés tener un atáque de epilepsia en pleno salón que no se te acerca nadie- nos manejamos resignados?

Esas paradojas del comportamiento son para diván.

Pero creo que tienen una misma raíz, nuestra falta de educación, ya no solo como concurrentes de escuela, sino como Ciudadanos. Si votamos como votamos, ¿por que esperar que entre nosotros mismos, aquellos que prestamos o solicitamos servicios sea diferente?

El riesgo de estas simplificaciones es errarle fiero al diagnóstico del problema.

Hoy escuchaba al animal de Anímal Fernández hablar de la despenalizacion del consumo de drogas, y reflexionaba mientras escuchaba la catralada de estupideces que este buen señor es capaz de decir en minutos, si estaríamos hablando de eso si estuvieramos mínimamente educados.

¿Soy yo muy ingenuo, o tendríamos muchos menos problemas como sociedad si invirtiéramos más en educación?

Nos es, finalmente, nuestra ignorancia la que nos mete en problemas?

Cuando, por fin, vamos a reclamar ante el Gobierno con el mismo énfasis que reclamamos en Multicanal?

Dios y la Patria se lo demanden, NO nos libera de NUESTRA responsabilidad de demandarselos en un plano mas real, y meterlos presos. ¿O estamos esperando que venga Alá, Yahve, Dios, Mahoma en persona a demandarlos?

Así como somos unos vivos bárbaros, tenemos una dosis de ingenuidad para resolver nuestros problemas que a veces sorprende.

En fin, la vida continúa y nosotros acá boludeando