¿Nos metemos el Plasma en el orto? Y faltan 49 cuotas!!!

Bueno, se terminó el mundial.
Todo lo postergado habrá que retomarlo.
Fieles a nuestro estilo exitista, dedicaremos los próximos meses a destrozar a todos y cada uno de los integrantes de la comitiva que fue a Sudáfrica, empezando por Messi y dejando para el postre a Maradona.
Durante el tiempo que duró la ilusión, se escuchó notablemente el silencio de radio de Grondona y de Riquelme, que ahora están festejando con Champán francés la derrota de su archienemigo, el bocafloja de Diego.
Ahora, todos sabíamos que el equipo estaba mal armado.
Ahora, todos opinamos, por supuesto con una fragilidad argumental rayana en la insanía, como debería haberse planteado no sólo el fatídico partido, sino el Mundial entero. Nos corroerá el alma el Sanfilippismo Goycocheano en su mas tenebrosa y patológica faceta
Ahora le preguntarán a Maradona si todavía “la tenemos adentro”, si deberemos “seguirla mamando” o si ya la podemos morder.
Nuestra leñofilia y alambrofilia combinada.
La leñofilia es nuestra característica innata de decir lo obvio, una vez acontecidos los hechos. “Yo siempre dije” será el lugar común con que arrancaremos el despellejamiento sistemático y pernicioso de lo actuado.
Hablaremos de vedettismos, que como lo llevó a Palermo, y toda la sarta de giladas que se escucharán por meses, años, hasta el próximo mundial.
¿Lo bueno? Que el desgobierno del chiquero no podrá capitalizar políticamente un éxito que no existe.
Tal vez lo único bueno.
Por todo lo demás, nos recagaron los German.
Lo extraño es que Argentina no se planteó nunca que uno de los tres resultados posibles era perder. Perder no es de vivos. Perder, pierden los demás. Nosotros NO PERDEMOS, solamente nos cortan las piernas los que complotan contra nuestro merecido éxito. Putos!
A llorar a la iglesia, y nos libramos de verlo a Maradona en pelotas como había prometido.
Y reflexionar con circunspección que, el Plasma, lo terminaremos de pagar un mes después de terminado...el proximo mundial. Coraje, pues no hay plazo que no venza ni deuda que no se pague!